Nuestra Historia

EL CUADRO HUMILDE QUE SE HIZO GRANDE


“En Río Negro fue todo a pulmón” dijeron varios de los
protagonistas más importantes de la historia cuando
fueron consultados sobre los comienzos del club. La
imposibilidad de contar con personas con un importante
poder adquisitivo generó que un barrio entero se
consustanciara con aquel club que nacía a fines del 30 y
principios de los 40 con las dudas y los miedos lógicos de
un “proyecto” arriesgado. Los primeros tiempos no
fueron fáciles. Pero el no bajar los brazos y darse por
vencidos fue fundamental para el crecimiento
institucional. Aparecen nombres que marcan la gran
historia como Orosmán Espinosa, Oribe Tempone,
Antonio Senattore, Valentín Durán, Humberto Brando,
Salvador Tempone, Manuel Pérez Llorens, Edmundo
Tagliabúe, Humberto Quinteros, Irineo Larrea y Héctor
Llorens. Estos dirigentes que se reunían en la cocina de
las papas fritas de Orosmán Espinosa o en una sala en el
bar de “El Lulo” Tempone fundaron un equipo al que
llamaron Río Negro, por el nombre de la calle. Y se echó a
andar. En 1947 logró el primer ascenso, descendió en
1952 y debió esperar hasta 1957 para lograr llegar al
círculo de privilegio en forma definitiva. A partir de ese
momento el trabajo de Rodolfo Amengual Barrera resultó

extraordinario y relevante. Río Negro marcó una época
donde modificó las estructuras futbolísticas. Amengual
era un adelantado para su época y su impronta la brindó
a las formativas de Río Negro que comenzaron a obtener
los torneos de finales de los 50. Fue un proyecto a largo
plazo, pero que seguramente se adelantó en cuanto a los
títulos. El primer jalón es del año 1965, aquella
generación llena de pibes del club levantó la primera copa
a nivel local y lo mejor estaba por venir. Los mismos
protagonistas han expresado que ese año, Río Negro se
preparó para no descender, y el campeonato lo terminó
sorprendiendo, como también sorprendió a los rivales. En
épocas de dominio de Universal y Central, los cebritas se
hacían un lugar como el tercero en discordia, con el
atrevimiento de pensar en pelear el cetro de mejor en los
años siguientes. Y así fue. Pegó en el palo en varios
Departamentales posteriores: “Los teníamos ahí…” dijo
en una entrevista en los últimos días Luis Eduardo
Senattore. Y aquella esperanza de todo Río Negro, se
convirtió en realidad. En 1973 logra el campeonato
“Ciudad de San José” por primera vez, en 1974 el viejo
Preparación, en el 75 repite el “Ciudad…”, un año
después en plena ebullición cebrita gana los dos
campeonatos importantes, sumando el Departamental,
en el 77 obtiene el Preparación, al igual que en el 78
donde además se queda con el “Ciudad de San José”,
cerrando la década a pesar de no ganar el torneo local,

festeja el Departamental en inolvidables finales con
Central. La década del 80 lo tuvo como dominador
absoluto. Fue “la década récord” sin dudas. En 1980 gana
todos los campeonatos que se juegan, en el 81 obtiene el
“Ciudad de San José” y por primera vez es campeón del
Sur, un año después gana el campeonato local y le suma
el Departamental, en 1983 obtiene la Liguilla y el
Departamental, en el 84 repite “Ciudad de San José” y
Departamental, en 1985 obtiene el torneo de entre casa,
1986 es un gran año ganando la Liguilla, el “Ciudad de San
José” y el Departamental, un año después gana por
tercera vez el campeonato del Sur de clubes y el “Ciudad
de San José”, en 1988 gana el Apertura, la Liguilla y
posteriormente el Departamental, para cerrar la década
con más triunfos en 1989 con la Liguilla y el
Departamental. Una década impresionante.

El sueño de la Copa


Por varios años Río Negro estuvo cerca de obtener la
Copa de Campeones de OFI, pero por diferentes motivos
quedó por el camino con algunos planteles
extraordinarios. El año 1990 obviamente marcó un
quiebre en el club ya que se llegó al título más añorado.
Río Negro se lo merecía. La Tribu fue por más y ganó las
dos Recopas de 1991 y 1992 frente a Fritsa de
Tacuarembó, pero el dominio local no paraba. En el

primero de los años mencionados ganó el Apertura,
“Ciudad de San José” y el Departamental, en el segundo
de los años obtiene el Apertura y el “Ciudad…”, en 1993 y
1994 los logros continúan con la obtención del torneo
local, en 1995 se queda con el último “Ciudad de San
José” antes de la creación de la Liga Mayor. Allí vino otra
historia, pero Río Negro mantuvo una impresionante
hegemonía ganando en 1996, 1997, 1998 y 1999. En el 97
se destaca la participación en la Liguilla Prelibertadores,
después de haber sido vicecampeón del interior en
recordadas finales con Punta del Este.

Los 2000
El nuevo siglo vino con transformaciones institucionales y
aquella generación dorada comenzó a dar sus últimas
corridas dentro del terreno de juego. No fue sencillo. No
obstante ello, Río Negro con un equipo netamente de la
casa se adjudica la Liga Mayor del 2002. Las crisis
dirigenciales dominaron los años siguientes, y debió
esperar hasta 2014 para volver a los festejos, algo que
repitió en 2016. En medio de la actuación deportiva,
quedan obras importantes en el 19 de Abril y el gimnasio
ubicado en la sede social, al tiempo que los dirigentes
apuestan por un crecimiento exponencial en todo el
predio de la cancha ubicada en Inve 2. Río Negro se
encuentra en un momento de generación de obras

permanentes, pero con la mirada siempre puesta en la
actividad deportiva, que es la que – sin dudas – genera el
movimiento de una parcialidad acostumbrada a festejar.
Más allá de cuestiones momentáneas, de éxitos, crisis y
una historia que debe ser contada, Río Negro está de pie
y las nuevas generaciones respetan aquel legado que
dejaron los viejos visionarios que pensaron aquella
quijotada.

Texto: Ricardo Piñeyro