Finalizó una nueva edición de la Copa Nacional de Clubes y esta vez no pudo ser. Universitario de Salto fue campeón, y desde aquí felicitamos deportivamente a sus hinchas y jugadores.
Pero si algo dejó esta final, más allá del resultado, fue la reafirmación de lo que significa ser cebrita.
Fueron días intensos, movilizantes. La tribu volvió a reunirse una vez más, con la ilusión de siempre, todos bajo la misma bandera. Fue emocionante ver a nuestra gente llegar a Salto en los días previos al partido. Las termas del Daymán se tiñeron de blanco y negro desde el viernes: camisetas en balcones, en autos, en cada rincón. Y como no mencionar el momento frente al Hotel Jardín del Daymán, centenares de hinchas entonaban con fuerza:
“A pesar de los años, los momentos vividos, yo te sigo queriendo, Río Negro querido…”
Los más veteranos transmitían calma, mientras las voces jóvenes iban quedando roncas de tanto gritar. Es que ahí estaba Río Negro, una vez más, en una final del interior. Subía la temperatura en la tarde salteña y se abrían las puertas de la tribuna Irazoqui. Fueron cientos y cientos los cebritas que la coparon. El sol de frente, el humo blanco y negro, el aliento incesante. Río Negro nunca estuvo solo.
No pudimos ganar. Es verdad. Pero déjenme decirles algo, a ustedes que están leyendo del otro lado: ¡ Pucha.. Qué lindo es ser cebrita!
No hay forma de describirlo con exactitud. Es una lágrima traicionera que se escapa, es el abrazo con los de siempre, es ese padre que consuela al hijo entre sus brazos, es el aplauso respetuoso al campeón, es el orgullo intacto de pertenecer a esta Institución. Ver a gurises como Enzo Cabrera o Diego De los Santos, criados en el club, llorar con la cabeza en alto porque lo dejaron todo en la cancha, por que sienten la camiseta como la sentimos todos nosotros, los que estamos del otro lado del tejido.
Gracias, jugadores. Gracias, cuerpo técnico. Gracias a cada dirigente que remó para que esto fuera posible. Ahora a cambiar el chip, porque se viene otro de los grandes objetivos del año: la Liga Mayor de San José.
Y tranquilos… porque el año que viene , «lo volveremos a intentar«.
Viva siempre Río Negro!
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